DERROTAS Y LA INMADUREZ POLÍTICA.                  
                       

La derrota de la diáspora dominicana en New York  al permitir que el  aspirante a Congresista Dominico-Americano Adriano Espaillat perdiera en Nueva York, ciudad donde reside la mayor concentración de dominicanos radicados  en los Estados Unidos,  debe servir de reflexión a nuestros lideres políticos y activistas comunales  de la región. Los resultados demuestran  que los dominicanos como colectividad necesitamos todavía madurar mas políticamente si es que deseamos lograr avances sustanciosos en la política de los  Estados Unidos. Bien nos serviría estudiar el historial  y accionar político de otras comunidades minoritarias en los Estados Unidos que han logrado grandes avances en la política Norte Americana.  También creo necesario un análisis profundo y auto-critico de nuestros lideres y dirigentes actuales si es que desean competir exitosamente en esa arena política, como lo han logrado otras comunidades y  las nuevas generaciones de  jóvenes profesionales  descendientes de dominicanos nacidos o formados en este país.
                    

 Varios elementos demuestran la condición de inmadurez política no tanto de nuestra comunidad pero de nuestros lideres y activistas comunales formados en Republica Dominicana.  Y es que  Los dominicanos manejamos la política en el exterior como si estuviésemos allá (Republica Dominicana) en un barrio, pueblo o sector de cualquier provincia. La gran mayoría no hemos logrado transformarnos y adaptarnos al nuevo orden socio- político. Abordamos la política de la misma forma que participamos en la política criolla. Casi no vemos distinción entre el fanático de baseball y el fanático político. En la política Americana, los activistas políticos son adversarios coyunturales no enemigos. Los políticos son primeros Americanos y después demócratas o republicanos. Entienden que primero están los intereses de su país y luego los intereses de un partido u candidato.  A diferencia de nosotros, nuestro accionar político  nos conduce a un estado de  extrema inadaptabilidad, Intolerancia, insensibilidad, poca memoria colectiva (el dominicano olvida pronto, especialmente los compromisos y aportes de los demás)  como también la falta de aplicación de conocimientos sobre la realidad histórica local, factores y aspectos culturales, históricos y socio-político de la región.                                                                     

En el caso del Congresista Charles Rangel Vs. Adriano Espaillat, es posible que dejáramos de tomar en cuenta la trayectoria histórica y lo emblemático del papel histórico realizado por Rangel, quien a pesar de sus errores, es  considerado como un ente histórico como activista en la lucha por los derechos civiles, héroe nacional condecorado por sus meritos y acción heroica en el frente de batalla,  asi como también, sus aportes para el avance de las comunidades minoritarias y su intima relación con la diáspora dominicana en Manhattan. 

Estoy seguro que la gran mayoría de los lectores de este articulo que son conocedores de la cultura dominicana o quienes se consideran  que son  dominicanos, anticipan lo que la mayoría de nosotros consideramos es nuestro talón de Aquiles, la falta de consenso y unidad entre los nuestros. Pues no. Aunque tener metas colectivas  es un factor determinante en el caso nuestro no es él mas critico.

Modus Operandis:      

La política sectaria, carente de amplitud para asimilar la diversidad socio-economica y cultural no es efectiva. Tendemos a ser absolutistas en el haber político. Adoptamos estrategias poco flexibles con matices extremistas. A nuestros opositores políticos dentro y fuera de nuestros propios partidos políticos, los consideramos enemigos aun sean estos tan dominicanos como nosotros mismos.  Adoptamos medidas y acuerdos sementados en condiciones que poco reflejan la realidad local y la pluralidad de nuestra comunidad, sus intereses, valores y sus individualidades.

En nuestra política, el discernir se interpreta como alta traición con lo cual somos intolerantes. Esto limita nuestras posibilidades de consensuar u alcanzar acuerdos una ves definida la contienda electoral.  Los partidos políticos Americanos incluyen miembros de la oposición en sus gabinetes en representación de la minoria.

Los dominicanos por lo general vivimos fuera de nuestro país de origen, pero igual que  la tortuga, cargamos nuestra casa con todos nuestros feferes socio-culturales en nuestras espaldas con nosotros. Vivimos aquí (aquí donde quiera que nos encontremos) como si estuviésemos allá. Esto no lo digo en forma de critica o despectiva sino como parte de nuestra realidad. Es un fenómeno social que afecta a toda comunidad que ha emigrado de su país de origen y que se conforma en una diáspora. Este  fenómeno social el cual puede ser virtud pues es una forma de sobrevivir en culturas que a veces suelen ser hostiles a las nuestras. Pero en el caso político, cuando ya se trata de integrarnos a la cultura y sociedad local se convierte en impedimento. En el caso de la política es mas un impedimento que un recurso. Me explico:

El ejercicio de la política dominicana y de los dominicanos en el exterior refleja matices de nuestra realidad socio-económica y cultural. Es decir, exhibimos y practicamos la política comportándonos e implementando estrategias como si estuviésemos nuestro pais, con sus precariedades y normativas naturales de un pais subdesarrollado sin tomar en cuenta que vivimos ahora en la primera potencia del mundo con una tradición democrática y un sistema que lleva mas de trescientos  años de establecido, 1776-2012  como pueblo democrático.

Consecuentemente, esto nos conlleva a cometer errores políticos que afectan directamente a los nuestros tanto aquí como allá. Esperamos nuestros activistas políticos inicien un proceso de reflexión tomando en cuenta los resultados de las ultimas contiendas electorales.