Justificar lo injustificable.

 

Por José R. Alemán.

 

 

Perdimos y hay que aceptarlo.  El no hacerlo seria engañarnos a nosotros mismo. El no tratar de aprender de nuestros errores nos condenaría a repetirlos. Peor que haber perdido  es  tratar de justificar nuestra derrota culpando a Leonel y sus seguidores. Como decía nuestro inmortal líder, José Francisco Pena Gómez:    Solo el PRD, derrota al PRD.” En el 2000, le dimos una pela al PLD y luego en las Congresionales del 2002. Fue una verdadera victoria para el PRD.  El pueblo había confiado en nosotros en nuestros lideres. También confió en el PRD su militancia y dirigentes. Pero no supimos aprovechar la oportunidad que nos brindo el pueblo, y perdimos su confianza y el poder.

 

Decir que Leonel compro la conciencia de la mayoría de todos los dominicanos en casi todas las provincias seria un insulto a nuestro pueblo. No lo creo. Nuestro pueblo es sabio, pensante y políticamente astuto. Tampoco es cierto que Leonel cuenta con la aprobación de todos los dominicanos.  Hay que buscar la respuesta, la razón de la derrota  adentro no fuera. Sentarnos y hacer un análisis profundo y sincero. Una verdadera autocrítica para entonces poder seguir adelante.

 

Podemos insistir en buscar justificaciones y culpas en otros. Como el alcohólico que busca consuelo y justificación de su adicción en otros.  Bebe porque la mujer no lo quiere, porque el trabajo es duro, porque los hijos son impertinentes, porque otros no lo comprenden, porque esta amargado, porque es día de fiesta o porque mañana hay que trabajar. En fin nunca la culpa es del, siempre es de otros  y  no reconoce ni el mal que lo aqueja ni la razón que lo mantiene aferrado a su vicio.

 

Los Peledeistas aprendieron de su derrota en el 2000 y se prepararon. Prepararon sus cuadros, trazaron estrategias, revisaron sus errores y ajustaron sus lineamientos.  Se prepararon para la batalla, se equiparon y entrenaron sus cuadros y les dio resultado. Estando en el poder lo usaron efectivamente. Lo usaron como debimos nosotros usarlo para fortalecer los nuestros. Para capacitar, darle participación  a los que forjaron el triunfo. No lo supimos hacer. Llegamos al poder y la mayoría nos quedamos  fuera del poder, sin poder cumplir con los que nos apoyaron.

 

El perredeista es perredeista por tradición, convicción por ideología generacional. Es perredeista porque creyó en Pena. El perredeista conoce su historia, sus lideres sus símbolos. El ignorar esos factores es un error fatal por necesidad.  El liderazgo no se impone ni se fabrica al vapor.

 

Serví en uno de los recintos Electorales y pude ver la maquinaria Peledeista de cerca y en acción. Tenían una verdadera maquinaria montada. Todos los detalles, desde los miembros de las mesas hasta los delegados políticos. Tenia contraseñas como lo usan los pichers y los catchers en la pelota. Cada uno tenia asignada sus funciones y se brindaban apoyo. Nosotros estábamos improvisando. Cada cual por su lado. El comando por un lado y la Seccional del Partido por otro. Así no se gana. Se pierde y se perdió. Habíamos alertado en nuestros artículos anteriores. Hablamos de los ventorrillos políticos, del individualismo, de la unidad, de la integración de todos los sectores dentro del PRD, del respeto a los dirigentes y militantes. No nos hicieron caso. El no cambiar la actitud  paternalista y subestima de los “Compañeritos de las Bases” le seguirá costando caro a los grandes lideres.

 

Así que, dejémonos de insultos y de buscarle la quinta pata al gato. Todos sabemos lo que fallo y lo que necesitamos hacer. Los Perredeistas estaremos ahí. El pueblo despertara el lunes y tendrá que pagar el precio de su escogencia. Igual que este Mayo tendremos otra oportunidad. La pregunta es si somos lo suficientemente sensatos y políticos para reconocer nuestros errores y estar  preparados para responder al llamado del pueblo el 16 de Mayo de 2012.  No justifiquemos lo injustificable.

 

 

 

 

 

 

 

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